El reciente accidente que enluta a una familia del Valle pone de manifiesto, una vez más, los peligros de circular entre vehículos de carga y la importancia crítica del mantenimiento preventivo.

El corredor vial que conecta al interior del país con el puerto de Buenaventura es, sin duda, una de las arterias más vitales para la economía colombiana. Sin embargo, también se ha consolidado como una de las más peligrosas. El trágico suceso ocurrido el pasado 19 de diciembre, donde una pareja de comerciantes perdió la vida tras ser embestida por una tractomula, revive el debate sobre la seguridad técnica en esta ruta.


El ''efecto sándwich'': Una trampa sin salida

Según los reportes y las imágenes del siniestro, el vehículo particular fue atrapado entre dos vehículos de carga. En el argot de la seguridad vial, esto se conoce como el ''efecto sándwich''.

Desde el punto de vista técnico, la seguridad pasiva de un automóvil (diseñada para absorber impactos mediante deformación programada) está calculada para choques contra objetos de masa similar o barreras fijas. Cuando un vehículo de más de 30 toneladas impacta a un automóvil de 1.2 toneladas contra otro obstáculo pesado, la energía cinética es devastadora y las celdas de supervivencia del habitáculo suelen colapsar irremediablemente.


¿Por qué fallan los frenos en este descenso?

Aunque las autoridades investigan las causas exactas, la hipótesis de una ''falla de frenos'' en la tractomula es la más recurrente en esta zona. Hay tres factores técnicos clave que los conductores deben comprender:

• Cristalización por fatiga (Fading): En descensos prolongados como los de la vía a Buenaventura, el uso excesivo del pedal del freno genera un calor extremo. Esto hace que las bandas o pastillas se ''vitrifiquen'', perdiendo su capacidad de generar fricción.

• Mantenimiento de los sistemas de aire: En los vehículos pesados, los frenos funcionan con aire comprimido. Una fuga en las mangueras o un compresor deficiente pueden dejar al conductor sin capacidad de respuesta en cuestión de segundos.

• Falta de freno de motor: La técnica correcta exige descender en el mismo cambio en el que se subiría la pendiente. No ''ayudarse'' con la compresión del motor transfiere toda la responsabilidad al sistema térmico, llevándolo al punto de falla.


¿Qué podemos hacer como conductores de particulares?

Aunque no siempre es posible evitar la imprudencia ajena, existen medidas que pueden salvar vidas:

• Evite el encierro: Siempre que sea posible, evite transitar por largos tramos teniendo un camión adelante y otro atrás. Si nota que un vehículo de carga se aproxima demasiado a su parachoques trasero, facilite el sobrepaso.

• Identifique señales de alerta: Si nota humo saliendo de las llantas de un camión o escucha un uso excesivo de la bocina por parte del conductor pesado, es una señal de emergencia. Busque salir de la trayectoria del vehículo de inmediato.


Un llamado a la revisión técnica

La tragedia de la familia Suárez Díaz no puede quedar solo en la estadística. Este accidente es un recordatorio de que la revisión técnico-mecánica no debe ser un trámite para evitar multas, sino un seguro de vida. La rigurosidad en la inspección de vehículos de carga es una deuda pendiente que las autoridades y empresas de transporte deben priorizar para que las carreteras dejen de ser escenarios de luto.

¿Sirve girar la dirección mientras está detenido?

?Existe la creencia de que, al estar detenido detrás de un camión, se debe girar la dirección totalmente hacia la derecha. La lógica técnica es que, ante un impacto por detrás, el vehículo sea proyectado hacia la berma y no contra el camión de adelante, evitando el aplastamiento.


Nuestra recomendación:

Si bien esta maniobra puede ayudar, la clave real es la distancia de seguridad. Al detenerse, asegúrese de ver siempre las llantas traseras del vehículo de adelante tocando el asfalto. Ese espacio de 2 o 3 metros, sumado a la dirección apuntando hacia una zona de escape segura (berma), le dará el margen de maniobra necesario para reaccionar si ve por el retrovisor que un vehículo viene sin control. Nunca se ''pegue'' a un gigante de la carretera.